El techo de Mont-roig

Con sus crestas esbeltas y la roca caliza esculpida por el tiempo, la Montaña Blanca se alza como un mirador privilegiado sobre Mont-roig y la Costa Dorada. Un escenario perfecto para el senderismo y la exploración, con cuevas y avenas que esconden historias antiguas bajo tus pies. Desde su cota más alta, el Estaràs dels Quatre Termes, el paisaje se

despliega en una panorámica que invita a avanzar, descubrir y sentir cómo bautiza la naturaleza en movimiento.

La Montaña Blanca es el punto más alto del término de Mont‐roig, se trata de una cordillera situada como contrafuerte de sus hermanas mayores, la Serra de Segús y la Mola de Segús. En su punto más alto, el Estaràs dels Quatre Termes, confluyen los términos de Estaràs, Solivella, Vilanova d’Hostoles y Mont‐roig, y ofrece unas vistas privilegiadas sobre Mont‐roig, la montaña de L’Areny coronada por la Mare de Déu de la Roca y la Costa Dorada. Desde la cima también se alivian las cumbres de la Mola de Vadira (922 m) y la Miranda de Vadira (918 m) donde está situado uno de los 4 radares meteorológicos de Cataluña.

La montaña Blanca debe su nombre a la roca caliza, donde se produce el típico fenómeno de carstificación, es decir, la densificación de la roca, lo que provoca la aparición de numerosas cuevas y avistas, como el av. del Pla, próximo al Estaràs dels Quatre Termes, y de unos 31 metros de profundidad.

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